Día de lxs maestrxs
Todos los 11 de septiembre se celebra el “día del maestro” en nuestro país.
La fecha fue puesta en homenaje a uno de los maestros que tuvo esta
tierra: Domingo Sarmiento, quien además fue un destacado político, un gran
escritor y llegó a ocupar el cargo de presidente de la república.
Sarmiento fue un gran maestro, pero no el único.
Representante del paradigma de la homogenización
cultural, fue también el iniciador de una dicotomía que atravesará toda la
historia nacional: civilización o barbarie. Para él la civilización era el
modelo europeo de cultura y producción y su concreción en este continente,
Estados Unidos. Lo “americano”, lo autóctono, las culturas originarias, eran lo
bárbaro, en el sentido de lo brutal.
Educar para él era uniformar en la cultura europea, desbarbarizar,
desamericanizar. La ley 1420, su mayor
logro, sin ninguna duda, tiene esto como
finalidad. Sería necio negar la importancia de su obra educadora para el estado
moderno, del mismo modo que resultaría necio negar su mirada darwinista sobre
toda cultura que no fuese la europea calvinista.
En América sobraron maestrxs. Contemporáneo a Sarmiento, el
venezolano Simón Rodríguez, tutor de Bolívar, representó otro modelo educativo,
otro paradigma, como solemos decir ahora,
Simón Rodríguez expresaba “o
inventamos o erramos”. Parado en la vereda de enfrente del modelo
civilizatorio, impulsó una educación americana, que a más de doscientos años de
su nacimiento, seguimos construyendo.
Ya en la segunda mitad del siglo XX, el brasileño Paulo
Freire, escribió, releyendo a Hegel, una pedagogía de la liberación, que es
también una pedagogía de la alegría porque libera tanto al esclavo como a su
amo. En definitiva libera tanto a opresores como oprimidos.
Durante la última dictadura cívico militar, nuestrxs
compañerxs Marina Vilte e Isauro
Arancibia pagaron con su vida su
compromiso con el pueblo y su concepción del docente como trabajador. Hace apenas unos años, Carlos Fuentealba fue
asesinado en una ruta por la policía del gobernador de Neuquén Sobisch,
mientras reclamaba por sus derechos.
Ahora, al contrario de Sarmiento, nuestro compromiso es valorar la
diversidad, construir en la inclusión respetando al otrx enriqueciéndonos,
aprendiendo mutuamente. Educar construyendo un mundo donde quepan muchos mundos.
Lic. Gustavo E. Goldini